Alimentación
de los perros adultos en período de mantenimiento (Alimentación del perro
maduro)
El período de "mantenimiento" es el momento posterior en que
un perro ha alcanzado la madurez total.
Los perros normales sanos que no están preñados, amamantando o trabajando
tienen requerimientos nutricionales relativamente bajos para mantener
una apropiada condición física.
Una buena condición física es aquella en que el animal está bien proporcionado,
con flancos observables detrás de la caja torácica y costillas que pueden
palparse bajo un leve recubrimiento de grasa.
Con la variedad de alimentos para perros nutricionalmente completos y
balanceados que se dispone, proporcionar una dieta adecuada para un perro
adulto puede ser muy directo y simple sin la necesidad de complementos
de ningún tipo.
Si se le administra al perro un complemento de carne o sobras de comida,
éstos no deben representar más del 10% del total de la dieta.
Niveles más altos pueden diluir el valor nutricional de la dieta comercial,
predisponer a un animal a la obesidad y pueden crear una conducta alimenticia
selectiva en el animal.
En los perros con necesidades calóricas inferiores y/o los perros que
son menos activos, se debe prestar atención a la posibilidad de un excesivo
aumento de peso. Con frecuencia, se puede reducir el peso de un perro
simplemente eliminando las sobras de comida y las golosinas de la dieta
y evitando los alimentos para perro de alto contenido energético.
Los perros con sobrepeso pueden tener mayores problemas de salud y una
expectativa de vida más corta.
Las recomendaciones en cuanto a la alimentación de perros adultos pueden
variar, según la raza, la actividad, el metabolismo y las preferencias
del dueño. Ya sea que se alimente a un animal una o dos veces por día,
se lo debe alimentar a la misma hora y siempre debe tener agua potable
fresca. Igual que en los seres humanos, el apetito de un perro puede variar
de un día a otro.
Esto no debe presentar un problema, a menos que persista la pérdida del
apetito o que el perro muestre signos de enfermedad o pérdida de peso.
En estas situaciones, un veterinario debe examinar al perro.
Alimentación durante
la preñez
Independientemente de la raza de la perra, debe tener por lo menos un año
y debe estar por lo menos en el segundo período de celo antes del servicio.
La condición física tanto de los machos como de las hembras empleados
en un programa de cría es importante.
Si los machos tienen sobrepeso, pueden ser fisiológica y anatómicamente
ineficientes para el apareamiento.
Las hembras con sobrepeso pueden tener índices de concepción menores
y mayores problemas en la parición.
La ingesta de alimento variará de acuerdo con la edad, la actividad,
el metabolismo corporal y el ambiente. De ser posible, cada perro debe
ser alimentado como un animal particular para alcanzar y mantener una
condición física normal.
Los requerimientos nutricionales de la hembra durante las primeras seis
o siete semanas de preñez no son superiores a los de los perros en período
de mantenimiento.
Durante las dos a tres últimas semanas, los requerimientos de todos los
nutrientes aumentarán y se pueden satisfacer los requerimientos calóricos
durante este último trimestre aumentando gradualmente la ingesta de alimento
de la hembra. Se recomienda las dietas que contienen más de 1600 calorías
metabolizables por libra de alimento (por 450 gr. de alimento) y por lo
menos un 21% de proteína.
La forma más fácil de asegurar una adecuada nutrición es alimentar al
animal con un alimento para perros de buena calidad con una etiqueta que
diga que es completo y balanceado para la reproducción y el crecimiento
o para todas las etapas de la vida.
Cuando se administran estas dietas, los complementos de vitaminas y minerales
no son necesarios.
Pueden presentarse problemas por la excesiva cantidad de complementos,
en especial cuando se agregan altos niveles de Vitamina A o calcio. A
menos que una hembra tenga tendencia a aumentar demasiado de peso durante
la preñez, se le puede administrar todo el alimento que desee ingerir.
No resulta inusual que una hembra preñada disminuya temporariamente su
ingesta a las tres o cuatro semanas de preñez. Normalmente, comerá más
durante la última etapa de preñez. Sin embargo, si esto no ocurre y comienza
a deteriorarse la condición física, se deben tomar medidas para aumentar
la ingesta de alimentos.
Esto se puede realizar humedeciendo alimento seco con agua tibia para
mejorar el sabor o agregando pequeñas cantidades de alimento para perros
en lata al alimento seco y alimentándola varias veces por día.
A medida que se acerca la parición, la hembra podrá perder el apetito.
Esto se considera un comportamiento normal y, a menos que parezca tener
problemas de salud, no es necesario realizar cambios en el programa de
alimentación.
En muchos casos, el rechazo de alimento durante la novena semana es una
indicación de que la parición ocurrirá dentro de las 24 a 48 horas siguientes.
Por lo general, a las 24 de la parición el apetito de la hembra retornará.
Una vez que nacieron los cachorros, deberá recibir todo el alimento que
desee.
Durante la reproducción, el agua sirve como un portador de nutrientes
al feto en desarrollo y extrae los desechos para su eliminación.
Otras funciones importantes del agua en la dieta son ayudar a regular
la temperatura corporal y a producir leche.
El mantenimiento de los recipientes para agua limpios y el cambio frecuente
del agua tienden a alentar su consumo. En todo momento el animal debe
tener a su disposición agua fresca en unrecipiente limpio.
Alimentación durante
la lactancia
La producción de leche es una de las etapas que presenta más demandas
nutricionales en la vida de una hembra.
Una dieta completa y balanceada para reproducción y crecimiento o para
todas las etapas de la vida proporcionará la nutrición que una hembra
necesita durante este período.
La demanda de leche para amamantar a los cachorros continuará aumentando
durante aproximadamente 20 a 30 días (o hasta 4 semanas).
Como consecuencia, los requerimientos de alimento y agua aumentan durante
este período.
En el pico de la lactancia, la ingesta de alimento de la hembra puede
estar entre dos y cuatro veces por encima de su ingesta de alimento habitual
o de mantenimiento.
Es raro que las hembras muy atentas dejen a sus cachorros para comer
o beber y será necesario alentarlas. La misma dieta empleada durante el
período de gestación puede administrarse durante la lactancia.
A fin de mantener una buena condición física y de proporcionar grandes
cantidades de leche para los cachorros, a las hembras que amamantan se
les debe ofrecer todo el alimento que deseen.
Para ayudar a aumentar la ingesta de alimento durante la lactancia se
puede humedecer el alimento seco para perros con agua.
Otra razón importante para ofrecer el alimento seco humedecido es que
a las tres o cuatro semanas de edad, los cachorros normales comenzarán
a tomar bocados de alimento sólido.
La alimatación de los cachorros a una dieta comercial de buena calidad
en una etapa temprana ayudará a evitar futuros animales con conductas
alimentarias selectivas.
Se deben evitar las dietas caseras.
A medida que los cachorros comienzan a ingerir más alimento sólido,
disminuirá la demanda de producción de leche de la hembra.
Normalmente se desteta a los cachorros a las seis u ocho semanas de edad,
y para la época del destete el consumo de alimento de la hembra debe ser
inferior al 50 por ciento por encima de su nivel habitual o de mantenimiento.
Para ayudar a reducir el flujo de leche y evitar problemas en las glándulas
mamarias, se recomienda el siguiente procedimiento para el destete:
El día en que se desteta a los cachorros, la hembra no debe recibir alimento
pero debe tener abundante agua fresca para beber.
Se debe separar a los cachorros de la madre y se les debe ofrecer alimento
y agua. El alimento seco humedecido con agua tibia puede ayudar a estimular
la ingesta de alimento de los cachorros.
Al día siguiente del destete, la madre debe recibir ¼ de la cantidad
de alimento que ingería antes del servicio.
La madre y los cachorros pueden estar juntos durante varias horas el
día después del destete para que los cachorros puedan lactar hasta agotar
la leche de la madre.
Al tercer día, la hembra debe recibir la ½ de la cantidad de alimento
que ingería antes del servicio y al cuarto día, ¾ de la cantidad. Para
el quinto día se le debe ofrecer su nivel de alimento de mantenimiento
habitual.
Si la cría es grande, la hembra estará bastante flaca cuando se destete
a los cachorros. En este caso, se le debe administrar alimento extra después
del quinto día de destete y hasta que su condición física vuelva a la
normalidad.
Alimentación de
los cachorros
Durante los primeros siete a diez días de vida, los ojos del cachorro
recién nacido permanecen cerrados.
Sin embargo durante ese tiempo, los cachorros duplican su peso de nacimiento
y son cada vez más activos.
Como regla general, cada cachorro en una cría debe aumentar aproximadamente
su peso de nacimiento cada semana durante la etapa de lactancia o amamantamiento
(la primera semana puede ser levemente inferior a esto y las últimas semanas
puede ser superior).
Si bien la mayoría de las hembras son excelentes madres, algunas madres
nerviosas o poco atentas pueden requerir especial atención para ayudarlas
a calmarse y a aceptar a sus nuevos hijos.
Esto puede requerir trabajar con la madre y/o los cachorros y colocar
a los cachorros cerca de los pezones a la hora de alimentarse.
Los cachorros que no se amamantan bien pueden ser de tamaño más pequeño,
inferior temperatura corporal y menor peso.
Manipular a los cachorros rutinariamente dará la oportunidad de verificar
su condición y progreso, si bien una excesiva manipulación puede resultar
tensionante para la madre y los cachorros y debe evitarse.
La presentación típica de un cachorro al alimento sólido (alrededor de
las 3 o 4 semanas de vida) por lo general implica que el cachorro juegue
con el recipiente de alimento de la madre y lama el alimento seco humedecido
de sus patas.
El tránsito de cachorros tenderá a compactar el alimento, por lo tanto
se debe considerar revolver la dieta compactada u ofrecer cantidades frescas
periódicamente . A las seis semanas de vida, la mayoría de los cachorros
están listos para el destete.
Si han comenzado a ingerir alimento sólido del plato de la madre, no
es inusual que los cachorros mismos comiencen a destetarse a las cuatro
o cinco semanas aproximadamente.
Los requerimientos de nutriente para mantener el crecimiento y desarrollo
normal de los cachorros son mayores que los de un perro adulto.
Por esta razón, se recomiendan las dietas nuticionalmente completas y
balanceadas diseñadas para el crecimiento y la reproducción o para todas
las etapas de la vida.
No se necesita ningún complemento adicional como vitaminas, minerales,
carne u otros aditivos.
La capacidad del estómago de un cachorro no es lo suficientemente grande
como para retener el alimento suficiente en una sola ingesta.
A fin de proporcionar el requerimiento diario de nutrientes necesarios,
los cachorros jóvenes deben recibir alimento por lo menos tres veces por
día hasta que sus requerimientos de alimento, por kilo de peso corporal,
comiencen a nivelarse a medida que maduran.
Los horarios de alimentación pueden reducirse a dos veces por día cuando
los cachorros tienen entre cuatro y cinco meses de vida y a una vez a
los ocho meses o más.
En todo momento deben tener agua fresca en un recipiente limpio. Al igual
que con las hembras preñadas, el alimento seco puede humedecerse con agua
tibia para alentar su ingesta.
También se puede emplear leche para humedecer el alimento, sin embargo,
demasiada leche puede actuar como laxante y causar problemas digestivos
en algunos cachorros y perros adultos.
A un cachorro se le debe dar una hora para que coma, después de este
tiempo la porción que no comió debe tirarse.
El alimento seco humedecido o el alimento en lata a temperatura ambiente
puede perder el sabor e incluso pudrirse si se lo deja por varias horas.
Se recomienda establecer hábitos de alimentación rutinarios alimentando
al cachorro en el mismo lugar y a la misma hora; esto puede ayudar a acostumbrar
al animal a excretar en un sitio determinado.
No se recomienda ofrecer alimentos para seres humanos de la mesa porque
los alienta a pedir y puede crear un animal con conductas alimentarias
selectivas.
Los cachorros que consumen una dieta completa y balanceada no necesitan
complementos vitamínicos, minerales o carne.
De hecho, se ha demostrado que el exceso de complementos es perjudicial
para el adecuado desarrollo de cachorros jóvenes en crecimiento.
La cantidad de alimento ofrecida a un cachorro variará según su tamaño,
actividad, metabolismo y ambiente.
No se debe permitir que los cachorros tengan sobrepeso. Un cachorro
con sobrepeso no sólo presenta una pobre apariencia, sino que el exceso
de peso puede causar anormalidades en los huesos.
Si parece que un cachorro está engordando demasiado, se debe reducir
su ingesta de alimento.
Si parece que un cachorro es demasiado delgado y no existen problemas
de salud, se debe aumentar su ingesta de alimento. Siempre que los dueños
tengan preguntas o preocupaciones sobre la condición física de sus animales,
deben consultar a su veterinario.
Alimentación de perros
de trabajo
Independientemente de la temperatura ambiental de la estación o del estado
fisiológico de un perro, cuando todo lo demás es igual, cuanto más activo
es un perro, más alimento requerirá.
Requerirá todos los nutrientes en cantidades mayores que un perro adulto
en período de mantenimiento, no simplemente proteína adicional o minerales
extra tales como calcio y fósforo.
La actividad física es el resultado exterior visible de una compleja
secuencia de contracciones musculares. La combustión de los combustibles
de la dieta tales como grasas, proteínas y carbohidratos proporcionan
la energía para el trabajo muscular.
El agua, las vitaminas y los minerales están involucrados en la utilización
de la energía para trabajar.
Los perros de trabajo son aquellos que se emplean para cazar, arriar
ovejas o para las carreras de trineos tirados por perros y los perros
que rutinariamente corren largas distancias (es decir, más de 32 km. por
semana).
Estos grupos de perros de trabajo pueden tener necesidades de nutrientes
incrementadas cuando están entrenando o realmente trabajando.
El requerimiento de nutrientes adicionales dependerá del nivel de actividad
individual de cada perro.
Un punto de referencia para estos alimentos sería que fueran completos
y balanceados con una alta densidad de nutrientes que incluyan por lo
menos un 26 por ciento de proteínas, 10 por ciento de grasas, 30 por ciento
de carbohidratos y 1750 kilocalorías cada 450 gr. de alimento seco.
Durante las estaciones en que un perro no está entrenando ni trabajando,
se recomienda reducir la cantidad de la ración de entrenamiento/trabajo
del perro o pasarlo gradualmente a un alimento con menos densidad de nutrientes
y menor energía (que contenga por lo menos 20 por ciento de proteínas
y 1.500 kilocalorías cada 450 gr. de alimento).
El mantenimiento de los perros en buena condición física fuera de las
estaciones de actividad ayudará a hacer que el acondicionamiento para
las estaciones de entrenamiento/trabajo resulte menos tensionante.
Los perros que trabajan o entrenan no deben recibir alimento inmediatamente
antes o después de una sesión de gran actividad.
Administrar alimento muy cerca del ejercicio puede dar como resultado
un pobre desempeño y trastornos gástricos o incomodidad (que se evidencia
por los vómitos o la excreción de materia fecal blanda) y puede aumentar
el riesgo de dilatación gástrica.
El uso adecuado del alimento (como snacks o golosinas) durante los períodos
de actividad incrementada puede evitar el malestar por hambre y la fatiga
en los perros de trabajo.
El uso adecuado establece que el snack o golosina se administre después
de un período de descanso, en pequeñas porciones, con agua fresca y seguido
de otro período de descanso. Alimentación de perros gerontes ("geriátricos")
Los perros viejos se definen como perros gerontes o "geriátricos"
cuando han alcanzado el último 25 por ciento de su expectativa de vida
que está directamente relacionado con el tamaño o la raza y también con
el cuidado recibido durante su vida: Perros de razas pequeñas ----- mayor
de 12 años Perros de razas medianas ----- mayor de 10 años Perros de razas
grandes ----- mayor de 9 años Perros de razas gigantes ----- mayor de
7 años Se pueden describir algunos signos de envejecimiento, como por
ejemplo: Cambios en el peso corporal Dificultades en la locomoción (movimiento)
Cambios en la audición y/o visión
Cambios en la piel y/o el pelaje
Cambios en los hábitos de orina y excreción
Mal aliento asociado con problemas dentales o bucales
Los estudios han demostrado que los perros gerontes sanos utilizan las
proteínas en forma similar a los perros jóvenes adultos y que los perros
geriátricos pueden necesitar aproximadamente 50 por ciento más proteína
que los perros adultos más jóvenes.
Sin embargo, las dietas comerciales actuales formuladas para perros adultos
en período de mantenimiento por lo general proporcionan las proteínas
adecuadas. Los animales menos activos pueden tener requerimientos reducidos
de energía y se deberá tener precaución al administrar dietas densas en
energía para evitar el riesgo de un excesivo aumento de peso.
Alimentación de perros
gerontes ("geriátricos")
Los perros viejos se definen como perros gerontes o "geriátricos"
cuando han alcanzado el último 25 por ciento de su expectativa de vida
que está directamente relacionado con el tamaño o la raza y también con
el cuidado recibido durante su vida:
Perros de razas pequeñas ----- mayor de 12 años
Perros de razas medianas ----- mayor de 10 años
Perros de razas grandes ----- mayor de 9 años
Perros de razas gigantes ----- mayor de 7 año
s Se pueden describir algunos signos de envejecimiento, como por ejemplo:
Cambios en el peso corporal
Dificultades en la locomoción (movimiento) Cambios en la audición y/o
visión Cambios en la piel y/o el pelaje Cambios en los hábitos de orina
y excreción Mal aliento asociado con problemas dentales o bucales Los
estudios han demostrado que los perros gerontes sanos utilizan las proteínas
en forma similar a los perros jóvenes adultos y que los perros geriátricos
pueden necesitar aproximadamente 50 por ciento más proteína que los perros
adultos más jóvenes.
Sin embargo, las dietas comerciales actuales formuladas para perros adultos
en período de mantenimiento por lo general proporcionan las proteínas
adecuadas.
Los animales menos activos pueden tener requerimientos reducidos de energía
y se deberá tener precaución al administrar dietas densas en energía para
evitar el riesgo de un excesivo aumento de peso.
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